martes, 1 de julio de 2014

LA BELLEZA QUE NOS RODEA


La belleza es una característica de la creación. Nos rodea constantemente. Sin embargo muchas personas, entre tantos compromisos y la presión del diario vivir, se han vueltos indiferentes a esa belleza. Nos levantamos apresurados, corremos contra-reloj, vivimos presionados; y no contemplamos la hermosura del cielo, los millones de colores que pintan la naturaleza o la perfección de tantas cosas creadas por nuestro Amado Padre. Estamos entumecidos ante todo ello.

Isaías 6: 3 dice: “¡Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!” Mira alrededor tuyo y en todas partes vas a encontrar testimonio de Su gloria. Verás la belleza de todo lo que Dios ha creado, y le conocerás más al Creador. Al tomar el tiempo para realmente observar lo que Él ha hecho, y disfrutar de hacerlo, verás con cuánta atención Él hizo todo. Así descubrirás al Artista detallista, a quien le importa mucho la belleza. Al mirar lo que Él ha hecho, ¡nos quedamos sin aliento! La naturaleza es funcional, pero es principalmente bella. Despertémonos a Su belleza. Es Su esencia.

Nos hemos acostumbrado a evaluar a todo (incluyendo a nosotras mismas) según la utilidad. Dios hace las cosas perfectas – prácticas, funcionales y tremendamente bellas. Llenó al mundo con hermosura para nuestro placer, y nos hizo para Su deleite. Se plasmó a Si mismo en la creación y hasta hoy seguimos encontrándole ahí. El rey David dijo que “los cielos cuentan la gloria de Dios”. Estaba diciendo, y lo constatamos hoy, que al mirar las preciosas estrellas que adornan el cielo nocturno, nuestro espíritu da testimonio de la existencia y la presencia del Único Dios Vivo. Percibimos Su esencia ahí porque la belleza, que está en nosotras, lo comprende.

Él llenó al universo de belleza porque nos conoce íntimamente y sabe que necesitamos de ella. Con ella nos declara día tras día Su eterno amor. ¿Puedes imaginar un mundo sin color? ¿Te gustaría vivir donde no hay nada atractivo o bello? Estoy segura que tu respuesta, al igual que la mía, es un no definitivo.

Señor
Gracias por revelarte cada día a la humanidad a través de Tu creación. Gracias por haber hecho todo de manera tan perfecta. La belleza que nos rodea es solo una sombra de Tu hermosura, que algún día contemplaremos en persona.  ¡Te exaltamos! La belleza de Tu amor nos asombra, nos deja sin aliento. Pedimos que siempre seamos mujeres abiertas, receptivas a tu belleza y que podamos reflejar cada día Tu perfección al mundo.

Amén

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