lunes, 30 de junio de 2014

A SU IMAGEN


Dios nos ha hecho talentosas, inteligentes, capaces y trabajadoras. También nos ha dado una tremenda fortaleza espiritual. Además de todo esto, puso en nosotras una de las características más atrayentes de Su persona: Su belleza. Esto no significa que Adán haya sido feo. Significa que Dios volcó en la mujer algo diferente y muy especial. Dios no se equivoca.

Él hizo al hombre (entiéndase humanidad) a Su imagen, pero plasmó Su belleza en nosotras, las damas. Esto no quiere decir que fuimos creadas solamente para ser bellas. Tampoco significa que Él quiere que seamos perfectos ejemplos de hermosura - que tengamos el cabello, las ropas y el maquillaje perfectos todo el día y que sonriamos suavemente sin decir nada. Establezcamos algunas verdades:
  1. El concepto de Dios de la belleza no es siquiera parecido al concepto que tiene el mundo de lo que es bello.
  2. Nuestro concepto de belleza ha sido torcido por el mundo en el que vivimos.
  3. Ser bella es un privilegio, no una condenación.

Quizás algunas mujeres estén maneando la cabeza en este momento, diciendo “Ser bella es un castigo. Lo sé bien.” La belleza se convierte en motivo de dolor cuando está expuesta al enemigo. En otras palabras, el mundo y muchos hombres juzgan a la belleza solo por lo que ven; y lo quieren manipular, dominar y usar. Es el antiguo juego sucio de la sexualidad perversa, y ha hecho a muchas mujeres maldecir su propia hermosura a través de la historia.

Otras quizás crean que el asunto de la belleza es una condena porque ellas no se consideran hermosas. Otras tal vez sienten la tremenda presión de ser bellas según las normas sociales; y les cuesta mucho mantenerse o tratar de hacerlo. ¡Qué terrible es saber que hoy día niñas de menos de 10 años se preocupan por su peso y la marca de ropa que usan! Los medios sociales insisten en que la belleza es solo exterior y esto influye mucho en cómo nos estimamos.

¡Dios no quiere nada de esto para nosotras, chicas! Que quede bien claro: Él no mira el exterior, SINO EL CORAZÓN. No pretende que tengas un cierto peinado o uses una cierta ropa. No busca que bajes de peso o cambies el color de tu cabello. No te pide eliminar tus arrugas o canas. Él te ama. Punto. ¿Qué alivio saberlo, no? Hay alguien quien te ama con amor indescriptible, profundo y constante. Su amor no depende de cómo te veas, ni de lo que has hecho o no has hecho, ni de tus logros o fracasos, ni ninguna otra cosa. Simplemente te ama. Y VE TU BELLEZA.

Él te hizo como eres. Tomó su tiempo en cada detalle. Él te acepta y te ama. Ahora debes aceptarte y amarte también.

Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
Salmo 139:13 al 16


Precioso Padre

Traigo a Tus pies mi auto concepto y te pido que me sanes. No quiero creer mentiras. Las rechazo en el nombre de Jesús. Creo Tu Palabra y abrazo Tu concepto de quien soy. Te agradezco por haberme creado como soy y te pido que me enseñes quién soy para Ti. Déjame ser llena de Tu belleza y que lo pueda mostrar al mundo cada día.

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