Hoy seguimos aprendiendo acerca de cómo orar. Ayer vimos que la alabanza y la adoración, y las acciones de gracias forman una parte muy importante de la oración. Hoy miramos dos más.
En tercer
lugar está la confesión sincera del
pecado. Dios no puede estar en presencia del pecado. Va en contra de quién
es Él. No obstante, Él es lleno de misericordia y rápido para perdonar. Solo
necesitamos confesar nuestras fallas y pedir perdón. En Su inmensa gracia nos
limpia por completo y podemos estar en Su presencia. Aunque en tu vida no haya "pecados grandes", pon tu corazón y tu vida delante de Dios. Pída, como hizo David: Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí
camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno (Salmo 139: 23 y 24).(Lee también Santiago 5:15, 16; Salmos 51)
Y por
último, la presentación de peticiones.
Debemos decirle al Señor qué pedimos. Muchas cosas no las recibimos simplemente
porque no las pedimos. Él es nuestro Papá y quiere escuchar qué queremos.
Hay
diferentes maneras de orar, aunque siempre se debe hacer con sinceridad. Se puede orar en
voz alta o en silencio. Se puede
usar las palabras propias o la Palabra de Dios al citar la Biblia. El orar en ayuno da aún mayor impacto en el mundo
espiritual. Orar en lenguas nos permite
hablar directamente a Dios porque es el Espíritu Santo quien se expresa.
Se puede orar cantando también,
expresándonos con melodías. Hay veces en la vida que las palabras no salen o no
sabemos cómo expresar lo que sentimos, entonces oramos gimiendo. Dios igual escucha nuestro corazón. La oración es un
ejercicio en el cual crecemos a medida
que lo practicamos.
Quiero
terminar alentándolas. No siempre que oras vas a sentir algo espectacular. Si
bien, habrá momentos o tiempos en los que tendrás experiencias con el Señor que
te van a impactar, no es siempre así. No por eso vas a dejar de orar. Aunque nada
sientas y por más que parezca que no pasa nada, algún día verás el fruto de cada momento que pasas en intimidad con Él.
Él es fiel y lo ve todo. Observa y escucha tu corazón, ve tu decisión y tu
sacrificio y jamás hará caso omiso a una hija Suya. Dios nos llama a pasar tiempo con Él - tiempo con nuestro Amado.
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Porque él me
esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
Luego levantará
mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
Oye, oh Jehová,
mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.
Ten misericordia de mí, y respóndeme.
Mi corazón ha
dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
No escondas tu
rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
Salmo 27:4 al 9
Hoy no escribo una oración. Te invito a que tú lo hagas. Entra a un lugar privado, cierra la puerta y derrama tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.