“…despojémonos de todo peso, y el pecado que nos
asedia, corramos con paciencia la carrera que tenemos propuesta.
Hebreos 12:1
Asediar significa rodear algo para impedir la
entrada o salida de la misma para lograr su rendición. Considerando esta
definición es llamativo que Pablo dice
que el pecado nos asedia. En otras palabras el pecado en nuestra vida impide la
salida o entrada de muchas cosas, hasta lograr nuestra rendición. Cuando hay
pecado no confesado en nuestra vida nos vemos paralizadas. No podemos dar como
debemos dar, ni tampoco recibir como debemos recibir. La insistencia en el
pecado nos mantiene en un lugar – no avanzamos, nos estacamos por completo.
¡Esto no es la voluntad de Dios!
Nací y crecí en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Es
un lugar de montañas, playas, sol y mar. A mi parecer es el lugar más bello del
mundo. Una de mis actividades preferidas estando ahí es hacer caminata en las
montañas. No sé si realmente se puede llamar caminata porque si bien en partes se
camina por las sendas, en otros momentos uno sube por rocas, debe trepar y
bajar por trayectos muy empinadas y en otras partes uno debe escalar con mucho
esfuerzo. Descubrí cosas muy importantes en mis días de caminata. Conocí la indescriptible belleza de la flora y fauna
del Cabo, aprecié el valor del trabajo en equipo y me asombré al ver que yo
podía lograr mucho más de lo que había imaginado. Otra cosa que descubrí es la
importancia de tener una mochila bien organizada. Cuando tienes que subir,
cualquier peso extra te detiene. Los alpinistas profesionales cuentan por gramo
todo lo que cargan en su mochila. ¡Cada gramo pesa! El objetivo es llegar hasta la cima y por eso
se desecha todo lo que no es de valor.
Dios te lleva de gloria en gloria. Te hizo para
lugares altos. Te ve clavando esa bandera en la cima. Es cierto que el ascenso
no será fácil – nada que valga la pena lo es. Urge entender esto: para poder
llegar debes “despojarte de todo peso y el pecado que te asedia”. No te
conviene ascender con la mochila cargada de cosas que no te convienen. Perdona,
ama y libera. Luego avanza. La cima te espera.
Señor, ayúdame hoy. Quiero despojarme de todo aquello que no me permite avanzar hacía la meta que me has fijado. Deseo hacer Tu voluntad. Examina hoy mi corazón y ve si en mi hay algo que no te agrada. Decido dejarlo todo para correr la carrera.
Amén.
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