sábado, 7 de junio de 2014

LUGARES ALTOS


“…despojémonos de todo peso, y el pecado que nos asedia, corramos con paciencia la carrera que tenemos propuesta.
Hebreos 12:1

Asediar significa rodear algo para impedir la entrada o salida de la misma para lograr su rendición. Considerando esta definición es llamativo que  Pablo dice que el pecado nos asedia. En otras palabras el pecado en nuestra vida impide la salida o entrada de muchas cosas, hasta lograr nuestra rendición. Cuando hay pecado no confesado en nuestra vida nos vemos paralizadas. No podemos dar como debemos dar, ni tampoco recibir como debemos recibir. La insistencia en el pecado nos mantiene en un lugar – no avanzamos, nos estacamos por completo. ¡Esto no es la voluntad de Dios!

Nací y crecí en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Es un lugar de montañas, playas, sol y mar. A mi parecer es el lugar más bello del mundo. Una de mis actividades preferidas estando ahí es hacer caminata en las montañas. No sé si realmente se puede llamar caminata porque si bien en partes se camina por las sendas, en otros momentos uno sube por rocas, debe trepar y bajar por trayectos muy empinadas y en otras partes uno debe escalar con mucho esfuerzo. Descubrí cosas muy importantes en mis días de caminata. Conocí  la indescriptible belleza de la flora y fauna del Cabo, aprecié el valor del trabajo en equipo y me asombré al ver que yo podía lograr mucho más de lo que había imaginado. Otra cosa que descubrí es la importancia de tener una mochila bien organizada. Cuando tienes que subir, cualquier peso extra te detiene. Los alpinistas profesionales cuentan por gramo todo lo que cargan en su mochila. ¡Cada gramo pesa!  El objetivo es llegar hasta la cima y por eso se desecha todo lo que no es  de valor.


Dios te lleva de gloria en gloria. Te hizo para lugares altos. Te ve clavando esa bandera en la cima. Es cierto que el ascenso no será fácil – nada que valga la pena lo es. Urge entender esto: para poder llegar debes “despojarte de todo peso y el pecado que te asedia”. No te conviene ascender con la mochila cargada de cosas que no te convienen. Perdona, ama y libera. Luego avanza. La cima te espera.

Señor, ayúdame hoy. Quiero despojarme de todo aquello que no me permite avanzar hacía la meta que me has fijado. Deseo hacer Tu voluntad. Examina hoy mi corazón y ve si en mi hay algo que no te agrada. Decido dejarlo todo para correr la carrera. 
Amén.

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