viernes, 27 de junio de 2014

SEGUIDORES

Hay cosas que existen ahora que hace pocos años ni imaginábamos podrían ser realidad. Por ejemplo, hoy día muchos toman en cuenta los seguidores. En las redes sociales impresiona ver que personas a uno le siguen; y seguimos a otros por diferentes motivos.

Seguir significa ir o estar después o detrás de una persona o cosa. Quiero hacerte una pregunta: ¿Dios te llamó a ser seguidora de alguien? La respuesta es negativa. Él te ha diseñado, formado y llamado a ser alguien y a  hacer algo que nadie más puede hacer. Sí, leíste bien. El propósito de Dios para tu vida es único. Quiere que lo abraces y que avances.

Esto no significa, por supuesto, que no es necesario tener líderes ni que debemos estar bajo autoridad. Por supuesto que sí. Lo que no debemos hacer es seguir los pasos de alguien, creyendo que esa persona puede darnos la Verdad. No por tener muchos seguidores levantamos una generación, logramos hacer un impacto positivo ni tenemos descendencia. Jesús nos encomendó la tarea de hacer discípulos, y no seguidores.

La gente que sigue a otros va a ir por el mismo camino que esa persona siguió – lo cual implica que cometerá los mismos errores y tendrá las mismas falencias; pero el discípulo es orientado según la Palabra para descubrir todo lo que Dios tiene para él o ella y lo que hará a través de ella. El discipulador es instrumento en las manos de Dios para la formación del discípulo.


En el tiempo de Jesús, muchas personas le siguieron a Él. Hoy día tú y yo tenemos un privilegio aún mayor: el de ser templo del Espíritu Santo. Él habita en nosotros. Somos uno con Él, y Él nos orienta y nos guía. 

Señor
Gracias te doy por ser el ejemplo perfecto. Gracias por los líderes que has puesto sobre mi. Los honro y los bendigo. Ayúdame a entender Tu voluntad para mi vida; y dame todo lo que necesite con tu orden de hacer discípulos. 
Amén 

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