viernes, 20 de junio de 2014

SABER ESPERAR

Una de las cosas más difíciles de esta vida ha de ser esperar. No soy una persona impaciente, pero sí soy activa y me gusta organizar mi tiempo. Cuando puedo conseguir hacer rendir el tiempo y lograr los objetivos, estoy feliz. Cuando por alguna razón esto no sucede, me siento muy frustrada. Esperar nos enseña a confiar en el Señor, en Su plan y en Su tiempo. Déjame decirte que Dios mucho me ha hecho esperar en esta vida.

Un personaje Bíblico quien también esperó muchísimo es José. Cuando muchacho él sabía que estaba destinado a grandes cosas. Ya a esa temprana edad tuvo sueños en los que su familia se postró ante él. El precio que pagó fue ser rechazado, atacado y vendido por sus propios hermanos. Pareciera que los planes de Dios habían sido restringidos, pero no. Dios sabe lo que hace.

Más de una vez José se habrá sentido olvidado y hasta fracasado. Quizás en algún momento haya recordado los días de su juventud en Israel, cuando vestía la túnica de muchos colores y declaraba sus sueños sin temor. Fue vendido, explotado, calumniado, acosado, encarcelado y olvidado. Pasaron años desde que sus hermanos le vendieron a los viajeros hasta que el copero se recordó del hombre quien había interpretado su sueño en la prisión.

¿Fue fácil su camino? ¿Fue corto? De ninguna manera. Tuvo que pasar por muchas situaciones contrarias que costaron años antes de poder llegar al palacio. Uno diría que no fue justo, pero necesitamos entender que aún en los tiempos de Dios hay propósito.

Salmo 105:19 revela ese propósito, tanto en la vida de José como en la tuya y en la mía. “Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños, el Señor puso a prueba el carácter de José.” Los sueños que José había tenido cuando joven se los dio Dios. Fueron Su promesa para la vida de José. Dios había escrito un plan para este hombre y desde temprano le había revelado parte de ello, pero faltaba algo muy importante; y ese versículo de Salmos nos muestra qué es: Dios puso a prueba el carácter de José.

A través de cada batalla o por medio de cualquier tempestad estamos siendo probados. Es a través de este proceso que nuestro carácter está siendo desarrollado. Dios no se apresura porque tiene designios importantes que lograr: nuestro desarrollo como personas. Quizás hayan pasado años desde que recibiste la Promesa de Dios a tu corazón. Tal vez parezca hoy que las circunstancias te hayan alejado de Su plan. Te invito a que confíes. Él no ha dejado de obrar; y aún en las dificultades Él tiene un propósito para tu vida – está desarrollando tu carácter. Al igual que José, cuando llegue el tiempo, nada podrá impedir que ocupes el lugar que Él desde antes escogió para ti.


Señor,
Ayúdame a confiar. Veo muchas circunstancias adversas, pero sé que estoy en Tu mano y que estas obrando. Descanso en Tu plan y en Tu tiempo. Moldéame y ayúdame a ser rápida en aprender. Permítame aprobar cada prueba y ten la libertad de formarme conforme a Tu voluntad. Tu amor me asombra. Gracias por amarme así.

Amén 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.