…subió al cielo y está sentado a la derecha de
Dios, en el lugar más importante, y gobierna a todos los ángeles y a todos los
seres espirituales que tienen autoridad y poder.
1
Pedro 3:22 (TLA)
¿Hay algo o alguien más grande que Jesús? ¿Existe
alguien más hermoso que Él?
La
respuesta a ambas preguntas es un “¡No!” rotundo.
Jesús ahora está en el cielo.
Antes de haber nacido en Belén, Él había estado en el cielo (antes del Génesis
1:1). Cuando llegó el tiempo, Él nació en un establo; vivió en la tierra;
enseñó e hizo milagros; y luego voluntariamente dio su vida en la cruz,
llevando tu culpa y la mía y pagando el precio que nosotros teníamos que haber
pagado. ¡No termina ahí la historia! No quedó en la tumba.
Cada religión del mundo sigue
las enseñanzas de alguien quien murió. Jesús no entra a esa categoría. ¡Él está
vivo! A los tres días se levantó de esa tumba y ahora está “sentado a la derecha de Dios, en el lugar
más importante, y gobierna”. Este es el Jesús a quien adoramos. Nadie se
compara con Él.
Así como todos los seres
espirituales están sujetos a Su autoridad, llegará el día en el cual cada
rodilla se doblará delante de Él, y cada lengua confesará que Él es Rey (Filipenses 2:9 - 11). Cuando
llegue ese día, todos los seres humanos de todas las épocas de la historia exaltarán
al Único Dios Vivo. Sin excepción y sin importar en qué hayan creído, en aquel
entonces no habrá cómo negar Su grandeza. Cuán maravilloso es poder postrarnos
delante de Él ya hoy ¿no es verdad?
Señor
Jesús, agradezco lo que hiciste para darme libertad. Gracias por haber pagado
el precio que sobre mí pesaba. Hoy y siempre yo te elijo. Me postro delante de
Ti y confieso que Tú y solamente Tú eres Dios.
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