miércoles, 16 de julio de 2014

A QUIÉN ESCUCHAR

         El rey Ezequías había tomado la decisión de romper con el pasado de opresión que había heredado de su padre. No obstante, la decisión sola no bastaba. Las decisiones son probadas. De la palabra te verás obligado a pasar a la acción. Un hombre llamado Senaquerib fue enemigo y  parte de la realidad de Ezequías. Él  ya había rechazado esa realidad pero aún así lo tuvo que enfrentar físicamente. Tomar una decisión no hace que la circunstancia desaparezca. Igual tendrás que pasar por la tormenta. Tu fe será probada. Lo que será diferente es tu determinación.

             La voz del enemigo no varía mucho. Ni el lugar ni el siglo lo hacen variar de gran manera. Escuche las palabras de Senaquerib (Isaías 36) y vea si alguna vez escuchaste algo parecido. Básicamente dice así: “ ¿En quién confían? ¿Quién les dijo que podrían ir en contra de mí? Todo lo que su rey les dice son solo palabras vacías. Él dice cosas sin fundamento. Si confían en Dios, es todo un engaño. Denme lo que les pido y yo les voy a dar mucho más.” Intentó confundirles, ¡poniendo en tela de juicio a Dios mismo! Leemos mentiras muy parecidas en el libro de Génesis.  Satanás le había dicho algo muy similar a Eva: “Dios no quiere que comas del fruto de ese árbol porque si lo haces vas a ser poderosa. No le creas a Él, créeme a mí. Yo te digo la verdad. Si me haces caso, no te arrepentirás”. Las mentiras del enemigo podrán sonar convincentes. Cuidado. Vendrá con palabras elocuentes, ofreciéndote más de lo que soñaste. Sepa discernir entre las voces que oyes, que no todas te convienen.

            El rabsaces (embajador enviado por el rey Senaquerib) no se limitó en dirigirse a los líderes del pueblo de Judá. Intencionalmente habló en arameo para que todos escucharan y tuvieran miedo. Gritó diciendo que Ezequías era un mentiroso por prometerles libertad y por hacer que confiaran en Jehová. El enemigo no se limitará a dañarte en privado. Hará todo lo posible para que te quedes mal. Tienes que ser fuerte. Sepa que sus mentiras, por más que sean gritados a los cuatro vientos, siguen siendo mentiras. Dios es Dios de la Verdad, y Él siempre triunfará. Puede haber momentos en los que aparentemente estas siendo juzgado por los demás, pero RESISTE. Dios es justo y Él defiende a Sus hijos. (1 Juan 2:1)

            El rey asirio quiso ofrecer un trato. Nuestro enemigo puede presentarse en la forma de un hombre o una mujer, una droga, una decisión, una debilidad, el temor o alguna otra cosa. Querrá hacer un trato. Intentará convencernos de que puede ofrecer algo mucho mejor. Nos hablará palabras dulces al oído. Tarde o temprano tendrás que tomar la decisión: ¿a quién voy a escuchar?

            Lo último que hizo este enemigo fue burlarse de Ezequías. Hizo todo lo posible para hacerle quedar en ridículo. Esto es lo que harán tus enemigos cuando vean que no estás cediendo ante la presión. Es en un momento como este que es tan importante saber quién eres. TU IDENTIDAD NO ES DEFINIDA POR LAS PALABRAS DE OTROS. TU IDENTIDAD SE ENCUENTRA EN TU PADRE. Eres hija de Dios.


      
      Toma buenas decisiones, basadas en quien eres tú y en quién es tu Padre. Lee Su Palabra porque ella te dará las armas con que ganar a tus enemigos. Sepa que seguir a Cristo no es el camino más fácil, pero definitivamente es el único verdadero. Tu decisión de seguirle será probada y te verás obligado a enfrentar al enemigo. No temas. Esfuérzate y sé valiente. Tu circunstancia puede no cambiar ¡pero tú sí! Sepa discernir entre las voces para atender la de tu Pastor. Quizás tantee el enemigo atacar tu mente, o calumniarte en público. Mientras estés bajo las alas del Omnipotente, sus planes no prosperarán.  No flaquees. Toma la decisión hoy de escuchar la voz de tu Señor, quien solo tiene palabras de aliento y amor para ti. Eres Su hija amada.

Padre
Soy tu hija. Eres mi Papá. Tus palabras siempre son lo mejor para mi. Me llevas hacia adelante y arriba, y siempre me dices la Verdad. Ayúdame a siempre discernir entre Tu voz y la del enemigo, sabiendo que Tus palabras son para bien y las de él son para destrucción. Te escojo siempre a Ti. Gracias por Tu voz llena de amor que siempre me alienta. Te amo!
Amén

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