¿De
qué trata tu relación con el Señor? ¿De obras, de bendición y progreso, de
logros o de RELACIÓN? Solo este último dará fruto. Es solo a través de una
relación íntima con tu Padre que vas a recibir Su poder. Solo si permaneces en
Él, seguirá ese poder contigo. No es tuyo. Obra a través tuyo. No se prende y
se apaga a nuestro gusto. Y sí, se puede perder.
Fuiste
formada en lo secreto. En un lugar escondido – el vientre de tu madre – fueron
tejidos tus huesos. Es en la intimidad con Dios, en el lugar secreto, que nuestra
relación con Él es formada. Es ahí donde recibimos todo lo que Él tiene
preparado para nosotros. Es en la intimidad que Él tierna y firmemente nos habla,
nos escucha, nos corrige, nos encamina y
nos muestra Su propósito para nuestra vida. Encontramos un Padre amoroso y firme,
conocemos al Maestro formador y nos envuelve el Amado.
Todo
esto lleva a algo que necesitamos todas, sin excepción: la TRANSFORMACIÓN.
¿Quieres que Dios te use para impactar a tu familia, tu comunidad, tu ciudad y
tu nación? Entonces ¡DEJATE IMPACTAR POR
ÉL EN EL LUGAR SECRETO!
¿Cuál
es la prioridad de Dios? ¿Es fijar reglas y normas? ¿Es separar los santos de
los infames? ¡No! Su prioridad es tener una relación preciosa y real contigo.
¡Él te anhela! Quizás has pasado mucho tiempo buscando amor, queriendo ser aceptado
o anhelando sentirte valorado….y no sabías todo este tiempo que hay quien te
acepta, te ama y anhela estar cada instante contigo. Cuando ésta verdad llega
al corazón, uno ve las cosas de manera distinta.
No
dependas de la aceptación de los hombres; ni pases la vida tomando decisiones
erradas en búsqueda del amor, que esto solo lleva al dolor; no creas que debes
cambiar para ser aceptada. Simplemente acércate. Cuando estés cerca de
semejante magnitud de amor, no vas a poder alejarte de Su dulzura. Y nunca más
serás igual.
“¿Quién
nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o
hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti
somos muertos todo el tiempo; Somos
contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni
la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.”
Romanos
8: 35 – 39
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