lunes, 16 de noviembre de 2015

UNA MUJER MAYOR


No importa a qué te dediques o si tienes o no estudios y preparación. Si has estado en el camino del Señor por un tiempo, eres una mujer mayor.

Epere. No se moleste. Ese tema de ser “mayor” a las chicas no nos gusta hoy porque sabemos bien que la sociedad en que vivimos es orientada hacia la juventud y la belleza física. Pongamos las cosas en perspectiva.

No vivimos según las reglas del mundo. Los sistemas de esta sociedad no nos rigen. Es la Palabra de Dios lo que nos guía; y en ella está escrita que tu valor se encuentra en Cristo, no en tus medidas; en tu obediencia, no en tus capacidades; y en tu relación con Él antes que en una relación con otro.

Cuando estas cerca del Dios Vivo, Él te infunde vida (Juan 10:10). Te enseña (Romanos 15:4) y te guía (Salmos 119:133). Hace que todas las cosas obren para bien (Romanos 8:28), reconfirma tu identidad (Romanos 8:37) y te llena de amor (Romanos 5). En términos sencillos, te transforma.


¿Has sido transformada por Dios? Entonces eres una mujer mayor. Tienes mucho que dar. Dios es claro: “Esas mujeres mayores tienen que instruir a las más jóvenes” (Tito 3: 4). Tú, quien tienes tanto para dar ¿Qué estás esperando para hacerlo?

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