Muéstrame Tu misericordia por la mañana, porque en Ti he
puesto mi confianza. Muéstrame el camino que debo seguir, porque en tus manos
he puesto mi vida.
Salmos 143: 8
A veces no sabemos hacia dónde ir. Queremos lograr cosas
grandes ¿pero cómo? En nuestro corazón arde la pasión pero nuestras vidas a
menudo demuestran todo lo contrario. Entonces ¿qué se hace para lograr los
sueños?
The Grand Central Station (La Terminal de trenes de la
ciudad de Nueva York) abrió sus puertas en el año 1913. Costó más de $2
billones según la apreciación actual y tardó diez años en terminarse.
La idea para el edificio llego a su diseñador, William J.
Wilgus, en sus propias palabras “como una ráfaga de luz”. “Fue lo más audaz que
se me había ocurrido,” dijo. En una carta de tres páginas Wilgus expuso sus
ideas revolucionarias a sus superiores. Propuso un cambio completo de edificio
y de locomotores. Explicó que la locomoción a vapor estaba contaminando la
ciudad; que los trenes antiguos no alcanzaban rápidamente la velocidad
adecuada, lo cual causaba accidentes; y abogó por una gran construcción de doce
pisos que generaría muchos ingresos con los alquileres de oficinas, lo cual
permitiría el mantenimiento del servicio de trenes. Nadie la había pedido a
Wilgus que hiciera este proyecto. El hombre vio una necesidad y desde su
corazón surgió una propuesta – la más excelente. Se dice por el edificio de la
Gran Terminal que es el que mejor expresa el sentir de la ciudad de Nueva York.
Líder es aquel quien ve una necesidad y busca dar una
solución. No siempre tiene él o ella todas las respuestas. Más bien no las
tiene, ni tampoco la capacidad de ofrecer las soluciones. Lo que marca la
diferencia entre quién avanza y quien no es la predisposición de hacer todo lo
que pueda y dejar en las manos del Dios Todopoderoso aquello que no puede. La Biblia
está llena de historias de personas con esas características. En la Palabra no
encontrarás a nadie más o menos humano que tú y yo. Aún con falencias,
dificultades y pecados ellos avanzaron en el poder del Señor. A veces con
fuerza, a veces tímidamente, pero avanzaron. Estaban dispuestos a tomar el riesgo
y ser obedientes. No hay de otra.
Wilgus se arriesgó al presentar un proyecto
revolucionario. Cualquier le podría haber dicho que era un desquiciado. Sin embargo
logró la construcción de un edificio emblemático tanto para su ciudad como para
el mundo entero. El ejemplo de su audacia y decisión es inspirador hasta el día
de hoy.
¿Qué hay alrededor tuyo que precisa de una respuesta? ¿Hay
alguna necesidad a la cual tú, aún con mucho esfuerzo, puedas dar la solución? No
creas que tendrás todas las respuestas de manera mágica, ni que debas esperar estar
capacitada para poder hacer algo. Dios busca tu entrega. Así podrá usarte para
las grandes cosas que ha diseñado.
Una lección más nos enseña la construcción de la Gran Terminal.
Cuando Wilgus lo diseñó tomó en cuenta la ubicación del edificio de acuerdo con
la luz. Su plan era que la luz solar bañara el salón central, creando un aire
de majestuosidad. Como se puede apreciar en la foto de la época, esto se logró
a la perfección. Sin embargo, con el paso de los años la construcción de muchos
edificios altos alrededor de la terminal ha llegado a impedir que la luz del
sol siguiera haciendo este espectáculo. ¿La lección? No permitas que otras
cosas, deseos o siquiera personas impidan la entrada de la Luz a tu vida. El plan
de Dios siempre ha sido llenarnos de Su presencia y brillar en nosotros.
Alumbra con tu presencia a este siervo tuyo, y enséñame
tus estatutos.
Salmo 119:135
¡Ánimo! No temas. Siga adelante con fe y sirva a los
demás. Responda a las necesidades de la gente y deja que la luz de Cristo
brille en y a través de ti.
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