miércoles, 18 de noviembre de 2015

GRAN POTENCIAL


Todo en esta vida está sujeto al cambio. Todo. Menos Dios. Él es el único quien es el mismo ayer, hoy y por siempre. Aparte de Él, todo en nuestras vidas cambiará. El cuerpo cambia, nuestras opiniones y gustos cambian, las épocas cambian y así sucesivamente.

Hay personas quienes se resisten a los cambios y algunas quienes los abrazan. El cambio no es malo cuando produce el bien. ¿Sabías que Jesús habló de cambios muy importantes? Él se refirió a ellos en Lucas 13:18 al 21. Habló de dos cosas que sufren y causan cambio.

Primero Él dijo que el Reino de Dios es como la semilla de mostaza. De esa semillita tan diminuta nace un árbol gigantesco. Esto es crecimiento. Es Su deseo que seamos así. Resultase que somos chiquitas sin demasiado que ofrecer a simple vista, como esa semillita. 1 Corintios 1:27 aclara que Dios eligió lo vil de este mundo para avergonzar a los sabios. Una semillita, que fácilmente se pierde y que por su aspecto externo uno diría que no tiene mucha potencial. Sin embargo, plántalo en tierra fértil, riégala y verás. Llegarás a tener una planta que da frutos, sombra y hogar para muchos animales. Muchos al mirarnos no darán siquiera cinco centavos por nosotras. Dios ve nuestra potencial. Sabe cuál será el resultado y que muchos serán bendecidos a través de nuestras vidas.

Luego Jesús habló de la levadura. Conocemos los efectos que produce esta sustancia. Un poco de levadura hace crecer la masa, produce una reacción que afecta a todo lo que le rodea. Esto es influencia. Tú influyes en el lugar donde estás, creando una reacción que produce cambios.  Romanos 1:16 nos da un paso hacia la influencia auténtica: no me avergüenzo del evangelio. Mientras más vivas para Cristo, mientras más estés dispuesta a rendir tu ser a Él, más afectarás a todo lo que te rodea.

Tanto el crecimiento como la influencia llevan tiempo. Ningún árbol se hizo grande en una noche; a la masa se le da tiempo para que se hinche. Nosotras también vivimos un proceso que lleva tiempo, pero estas dos características nos identifican: crecimiento e influencia.

Te animo a examinar tu corazón y tus decisiones hoy. ¿Ha habido crecimiento en tu vida últimamente? No miremos el crecimiento económico ni otro, sino el espiritual ¿Estas más cerca del Señor hoy que ayer? ¿Puedes observar los frutos del Espíritu en tu vida (Gálatas 5:22, 23)?  ¿Qué tipo de influencia estas ejerciendo sobre los que te rodean? ¿Habla tu vida de Cristo? Dios siempre ha querido impulsarte hacia arriba. Te puede pedir cosas difíciles, pero siempre con un propósito.

Estando cerca de Él en tu vida habrá crecimiento y serás de influencia. Asegúrate de acercarte a Él cada día y lo demás se dará por sí mismo. Busca primero el Reino de Dios y Su justicia. Lo demás será añadido.


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