sábado, 7 de noviembre de 2015

PESCA Y PROCESOS


Dios tiene Su manera de trabajar. No es igual a la nuestra. A menudo, Su forma de hacer las cosas parece ilógica. Aunque Él tiene el poder suficiente para hacer todo con un toque de Su dedo, escoge trabajar a través de procesos porque sabe que es mejor para nosotros. Es interesante ver cómo Dios trabaja en la vida de diferentes personajes bíblicos, pero creo que uno de los más impresionantes es el de Pedro: un obrero quien, a través de diversas experiencias se convirtió en lo que Jesús anunció sería: la roca sobre la cual edificaría la iglesia. Fue un hombre sencillo quien llegó a ser un predicador de las Buenas Nuevas para la conversión de miles.

 La vida de Simón Pedro nos enseña una lección tras otra. Una de las muchas lecciones que me ha enseñado y alentado es que Dios usó con tremendo poder la vida de un hombre quien era todo menos perfecto. ¿Qué no podrá hacer nuestro Dios? ¿A quién no podrá usar? Toma en Sus manos a este pescador, tosco e impetuoso, y sobre él edifica la iglesia. ¡Tú y yo, en Sus manos, somos imparables!
A menudo miramos a nosotros mismos y creemos que no tenemos lo que hace falta para lograr los sueños propuestos. Nos encontramos frente a limitaciones y dificultades que parecen ser demasiado grandes como para poder llegar a la meta. No somos tan diferentes que Pedro. Vez tras vez falló, respondía preguntas sin saber las respuestas y actuaba sin medir las consecuencias. Impulsivo, reacio y de voluntad fuerte, él tenía mucho que aprender. ¿Quién no?

El primer encuentro de Pedro con Jesús marcó su vida para siempre. Su hermano, Andrés, vino corriendo junto a él a decirle que había encontrado al Mesías. Estos hermanos conocían la Palabra y las profecías acerca del Mesías. Estaban esperando la llegada del Libertador. Las palabras de Andrés son tan directas y sencillas que sorprenden: “Le encontramos”. No “Encontramos quien dice ser” ni “Hallamos quien creemos es”. Es sencillo: Él es. ¿Será que su corazón sabía la verdad – que a quien iba a conocer iba a cambiar su vida? ¿Podría ser que confiaba tanto en su hermano que ni cuestionó lo que le dijo? ¿O será posible que él y su hermano, a pesar de ser hombres sencillos, esperaran con ansias el día de la llegada del Mesías? Estos detalles no podremos saber, pero si tenemos la palabras de Jesús al verlo a Simón.


Pedro va con su hermano Andrés y se encuentra con Jesús por primera vez. Antes de poder dirigir una palabra a Jesús, el Maestro le reconoce, diciendo, “Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir Pedro).” Dios sabe quién eres y de dónde vienes; y sabe también cuál es tu identidad en Él. Aunque sabe todo acerca de ti en lo natural, te considera quién serás en lo plenitud que Él planea para ti. Jesús te mira y ve una campeóna! 

Toma ánimo de tu Padre hoy. Él es quien te hizo, te conoce íntimamente y te ama. Sabe de tus flaquezas y está trabajando. Conoce tus luchas y dificultades, y te sostiene. Ve lo hermosa que eres y se emociona al estar cerca de ti. El Señor te levanta con Su mano de poder. Nada podrá impedir el cumplimiento de Sus planes en tu vida. Acércate a Él, llénate de Él y avanza con fe. Su proceso no ha terminado. Gloria a Él!

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