viernes, 29 de agosto de 2014

HUELLAS DE FE

Vivir feliz es una decisión personal que se toma cada día. Esa decisión es completamente divorciada de las circunstancias reales. “Más fácil dicho que hecho,” puedo oír a unos cuántos decir.  Es cierto que no es algo que sucede fácilmente pero es una actitud que uno adquiere con la práctica.

Les cuento cómo se logra: fijando la vista bien alta. Cuando miramos hacia abajo, vemos problemas, luchas, dificultades. Cuando alzamos los ojos para fijarlos en Cristo las circunstancias, por más que no cambien, pierden importancia.

Dr. Joseph Stowell, Presidente del Instituto Bíblico Moody, cuenta lo que sucedió cuando estaba de visita a u hogar para niños con retraso mental. Mientras caminaba por los pasillos notó que las grandes ventanales estaban llenas de huellas de pequeñas manos. Preguntó al director de instituto el por qué de esto. Él respondió: “Los niños conocen a  Jesús y le aman tanto que ansían verlo. Se recuestan por las ventanas para mirar al cielo. Le están esperando.”

La fe de un niño agrada a Dios. Debemos estar llenos de gozo y optimismo. A la luz de Jesús, los problemas pierden fuerza. ¡Nuestro Rey es victorioso y vuelve pronto!  Anímense unos a otros con esta verdad, y alégrense siempre.

Cómo dice un coro antiguo: 

Fija tus ojos en Cristo
Tan lleno de Gracia y Amor
Y lo terrenal sin valor será
A la luz del Glorioso Señor

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