viernes, 29 de agosto de 2014

V DE VICTORIA


Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.
Salmo 34:6

La victoria no siempre es igual al haber llegado en el primer lugar. Lo que logramos es importante, pero lo que realmente influye en los demás es nuestra actitud. Al final, es nuestra actitud lo que nos lleva a pensar, sentir, hablar y actuar de una u otra manera. Nuestra  actitud también definirá cuánto disfrutaremos da la vida.

Desde hace unos años Dios me viene enamorando de la cultura oriental, y en especial de la coreana. Me impresionan muchas cosas de la manera en la que ellos actúan. Sus valores son diferentes y en todo se ve un alto nivel de respeto hacia los demás. Realmente es admirable.

Me llamó la atención algo que he visto en muchos medios de comunicación. Allí se ven hermosas jóvenes asiáticas, sonrientes y haciendo el signo V de la victoria (o de la paz). Esta pose es tan conocida en Asia como lo es decir “cheese” para las fotos de los anglos parlantes. Me preguntaba por qué hacen eso.

Comenzó con Janet Lynn. Ella fue una americana quien era la favorita para llevar el oro en patinaje sobre hielo a su país en las olimpíadas de Japón 1972. Sin embargo, ella se cayó durante su presentación. La medalla de oro se había ido. Ella lo sabía y Japón lo sabía.

Uno pensaría que allí había acabado todo. Había perdido lo que había ido a buscar. Aquí viene el impacto: ella, en vez de enojarse o demostrar disgusto, sonrió. Su comportamiento impresionó a las multitudes y se ganó la admiración de millones de personas.

Contó ella después: “No podían entender cómo podía seguir sonriendo después de haber perdido la posibilidad de ganar. Al día siguiente a donde yo iba me seguía una muchedumbre. ¡Era como si fuera una estrella de rock! La gente me daba cosas y trataban de darme la mano.”

Lynn se convirtió en una sensación de los medios de prensa y un ejemplo para toda la nación y más. En años siguientes, durante tours, ella hacía el signo de la V. Con esto nació un fenómeno cultural que expresa un cambio profundo. No solo una nación sino una cultura entera había sido profundamente impactada por una actitud que los había desafiado a pensar fuera de la caja.

No creas que haya un solo camino al éxito. ¡A menudo siquiera dimensionamos el éxito qué es! Cuando las cosas salen diferentes a lo que habíamos planeado, cuando aparentemente hemos perdido todo, entonces tenemos la oportunidad de demostrar quienes somos e impactar en las vidas de muchos.


¿En este tiempo, algo te salió mal? ¿Hay una situación o una relación que te cuesta mucho? Intenta cambiar de actitud y demuestre con ella que estas arriba del fracaso. Quién te puede ayudar a hacer esto es el Señor. A menudo nosotras no tenemos las fuerzas o la capacidad de cambiar como somos, pero cuando ponemos nuestras necesidades delante de Dios, somos transformados. Entonces la victoria estará garantizada.

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