jueves, 7 de agosto de 2014

INTIMIDAD CONTIGO


¿De qué trata tu relación con el Señor? ¿De bendición y progreso? ¿De logros? ¿O de relación?

Solo este último dará fruto. Es solo a través de una relación íntima con tu Padre que podrás vivir en Su presencia. Solo si permaneces en Él, seguirás ahí. Su presencia no te pertenece aunque Él obre a través de ti. Su presencia no se prende ni se apaga a nuestro antojo. Él es real y una relación con Él es algo vivo. Y sí, se puede perder.

Hemos sido formados en lo secreto. En un lugar escondido – el vientre de tu madre – fueron tejidos tus huesos. Es en la intimidad con Dios, en el lugar secreto, que nuestra relación con Él es formada. Es ahí donde recibimos todo lo que Él tiene preparado para nosotros. Es en la intimidad que Él tierna y firmemente nos corrige, nos encamina y nos muestra Su propósito para nuestra vida. Encontramos un Padre amoroso y firme, conocemos al Maestro formador y nos envuelve el Amado.


Todo esto lleva a algo que necesitamos cada uno: la transformación. ¿Quieres que Dios te use para impactar a tu familia, tu comunidad, tu ciudad y tu nación? Déja que te toque en el lugar secreto. Su poder es tanto que Él podría aplastarnos, pero nos sostiene tiernamente. Podemos quedarnos cerca de Él porque no nos hará daño. En nuestro Amado estamos seguras.

¿Cuál es la prioridad de Dios? ¿Es fijar reglas y normas? ¿Es separar los santos de los pecadores? ¡No! Su prioridad es tener una relación preciosa y real contigo. ¡Él te anhela! Quizás has pasado mucho tiempo buscando amor, queriendo ser aceptada o anhelando sentirte valorada….y no sabías todo este tiempo que hay quien te acepta, te ama y anhela estar cada instante contigo. Cuando ésta verdad llega al corazón, uno ve las cosas de manera distinta.

No dependas de la aceptación de los hombres; ni pases la vida tomando decisiones erradas en búsqueda del amor, que esto solo lleva al dolor; no creas que debes cambiar para ser aceptado. Simplemente acércate. Cuando estés cerca de semejante magnitud de amor, no vas a poder alejarte de Su dulzura. Y nunca más serás igual.


¿Quién nos separará del amor de Cristo? 
¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, 
o desnudez, o peligro, o espada? 
Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  
Somos contados como ovejas de matadero. 
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores 
por medio de aquel que nos amó. 
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, 
ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, 
ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada 
nos podrá separar del amor de Dios, 
que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8: 35 – 39

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.