martes, 26 de agosto de 2014

EL TIEMPO PERFECTO

Ezequiel estaba en Babilonia porque había sido llevado cautivo. Habían pasado cinco años desde el día en que habían invadido su hogar y él, junto a diez mil judíos, había sido llevado en cadenas hasta Babilonia. ¡Qué terrible para ellos! Me pongo en sus zapatos. No puedo imaginar cuán difícil ha de ser tener que dejar tu hogar a la fuerza, perder todo lo que amas e ir a un pueblo lejano que no conoces, donde eres prisionero.

Fue la realidad vivida por Ezequiel. Cinco años después de la conquista de Jerusalén, él estaba “junto al río de Quebar” cuando Dios le mostró visiones y le habló. Una visión es una revelación milagrosa dada por Dios para mostrar Su verdad. Las visiones a veces parecen extrañas porque son apocalípticas – esto significa que gráficamente ilustran lo que Dios comunica. Son simbólicas. Esto fue lo que Dios le dio a Ezequiel. Vio cosas que simbolizaban una idea.

En el tiempo en que Dios comenzó a dar esta visión a Ezequiel otros, quienes se llamaban profetas, estaban declarando que el tiempo de tribulación de Israel ya acababa y que Dios los iba a rescatar de Babilonia. Sin embargo, por la visión que Ezequiel tuvo, Dios demostró que las fuerzas que vinieran del norte de Israel, destruirían por completo a esa nación. El Señor tenía un plan para el bien de su pueblo, y consistía en pruebas muy grandes y muy necesarias. Si Israel era rescatado de sus enemigos antes de tiempo, ellos no recibirían todo lo que Dios tenía para ellos.

Nosotras queremos creer que la prueba pronto acabará. Abrazamos, a veces equivocadamente, palabras que vienen de otras fuentes que no sea Dios. ¿Alguna vez Él prometió que todo sería fácil? Estoy segura que no. Esto sí: cada momento de dificultad, cada minuto de prueba vivida es retribuida en bendición. Son las circunstancias difíciles las que traen cambio en nosotras, no las fáciles. Las pruebas producen paciencia (Santiago 1:3) y desarrollan el carácter de Cristo en nosotras. Aunque las tormentas pueden durar mucho tiempo, al salir de ellas nos damos cuenta que ya no somos la misma persona que éramos antes. El camino fácil del pronto auxilio puede ser tentador, pero no nos conviene.

El nombre “Ezequiel” significa “Dios es fuerte” o “Dios hace fuerte”. Hasta el significado del nombre del profeta indicaba el mensaje que Dios le daba: que a pesar de la cautividad, la fortaleza soberana de Dios seguía siendo real y que llegaría el día de la restitución y la libertad. La prueba que estás viviendo puede ser cruel. No estoy subestimando cuán difícil es para ti. Pero debes entender que tiene un propósito.

Al final de setenta años Israel terminó con el cautiverio y volvió a su casa. Fue  en el tiempo establecido por Dios. La tormenta había pasado. Sé que a menudo el camino es cuesta arriba y hay dolor y lágrimas por el camino, pero ¡ten ánimo! Esto trae bendición inexplicable a tu vida y no durará para siempre.  Alaba a Dios, en todo tiempo – en las buenas y en las malas. ¡Cobre ánimo! Clama al Señor. Él te escucha y te responderá en el tiempo perfecto.

Alabaré al Señor en todo tiempo;

    a cada momento pronunciaré sus alabanzas.
Sólo en el Señor me jactaré;
    que todos los indefensos cobren ánimo.
Vengan, hablemos de las grandezas del Señor;
    exaltemos juntos su nombre.

Oré al Señor, y él me respondió;

    me libró de todos mis temores.
Los que buscan su ayuda, estarán radiantes de alegría;
    ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó;
    me salvó de todas mis dificultades.
Pues el ángel del Señor es un guardián;
    rodea y defiende a todos los que le temen.


Salmos 34: 1 - 7

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