martes, 17 de enero de 2017

TUS TÉRMINOS

En el libro de Jueces vez tras vez dice lo mismo: cada uno hacía lo que bien le parecía. Israel se alejaba cada vez más de Dios porque trataba de acercarse a Dios bajo sus propios términos. Y no funciona.

La humanidad no ha cambiado. Miles de años han pasado y seguimos en lo mismo. Las ideologías modernas enseñan que tenemos la capacidad y el derecho de construir nuestra propia verdad,  y que cada persona puede tener una verdad única. ¡Qué mentira tan grande! Observa bien esa forma de pensar y vas a encontrar el problema presentado en Jueces: que cada uno puede hacer lo que bien le parece.

El resultado es también lo mismo ahora que en aquel entonces. Desórden, caos y perdición. No puedo evitar,  al considerar esta mentalidad,  qué tipo de Dios tendriamos si fuéramos nosotros quienes estableciéramos las condiciones para estar en Su presencia.¿Para qué quiero un Dios si yo puedo ser mayor a Él?

Esto nos lleva a la raiz del problema: el orgullo. El hombre al querer poner sus condiciones está tratando de tomar el lugar de Dios. Está diciendo,  "Toma un paso al costado,  Señor. Todo está bajo control - el mío". El " yo puedo" del ser humano se convierte en "yo pierdo" en un instante.

La respuesta es sencilla. Es la humildad. Quizás me digas que no es sencillo ser humilde,  pero no. Solo es dificil cuando las emociones nos ganan. Si decidimos obedecer,  nuestras emociones se tienen que sujetar.

Si has ido lejos del Señor, tratando de hacer las cosas a tu manera,  cambia de rumbo hoy. Acércate a Él bajo Sus términos. Pidale perdón y digale que quieres que te enseñé Sus caminos. Al reconocer Su soberanía y tu necesidad estarás ganando una batalla eterna y abriendo las puertas a que se haga Su perfecta voluntad en tu vida.

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