martes, 3 de enero de 2017

SER EL PRIMERO

Muchas cosas de las que Dios nos enseña son ilógicas. Según nuestro razonamiento (muy limitado por cierto) no tiene sentido la mayoría de Sus mandatos. Amar a tus enemigos, callar para vencer y morir para vivir no están en mi lista de cosas explicables; pero aprendí que lo que Él me dice no necesito entenderlo sino creerlo y ponerlo en práctica.

Las mujeres generalmente servimos a otros. Dios puso en nosotras el amor abundante para poder hacerlo. A nuestra familia, pareja, amigos y compañeros servimos constantemente,  ofreciendo ayuda y supliendo necesidades.

Sin embargo, el servicio es cada vez menos valorado en un mundo egoísta. Nos dicen que es de tontos dar sin esperar nada a cambio y que los que sirven son de menor categoría. Las prioridades de la sociedad moderna son yo,  yo y luego yo otra vez; pero el servicio contradice eso. Para servir,  uno se coloca en el último lugar y prioriza a los demás.

La Palabra de Dios esclarece todo. "Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos." (Marcos 9:35) Jesús revela qué hay en el corazón humano (el deseo de ser primero) y explica cómo lograrlo (poniéndose en el último lugar). Es completamente contradictoria aparentemente,  pero es el camino de Dios. ¡Ni Él,  quien es Hijo de Dios,  vino a buscar ser servido sino a servir!

¿A veces te sentís cansada,  frustrada,  hasta harta,  de estar siempre dando,  dando,  dando? ¿Hay momentos que te parece que sos la alfombra de todos,  sirviéndoles sin recibir una palabra de agradecimiento? Dios te dice que estás en el lugar más alto porque te ubicaste en el lugar más bajo.

No te desanimes. No creas mentiras acerca de quién sos o qué debes hacer para ser importante. No te canses de servir.  Hazlo con entrega. Hay quien te está observando y Él te aprueba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.