lunes, 17 de abril de 2017

ÉL HABLA BIEN DE TI

Todos necesitamos ser reafirmados. Hasta Jesús lo necesitó. Por eso Su Padre dijo, "Este es mi hijo en quien estoy complacido". Esas palabras dijo el Señor antes de que Jesús comenzara Su ministerio. Estaba complacido (feliz, orgulloso, gozoso) con Jesús sin que este tuviera necesidad de hacer algo para ganarse Su aprobación.

¿Alguna vez descubriste que alguien había hablado mal de ti? Quizás te hayan criticado o calumniado. Hay personas quienes parecen ser verdaderos amigos cuando están con nosotros, pero resulta ser que cuando no estamos son todo menos confiable. ¡Cómo duele eso! La traición por alguien cercano puede romper el corazón.

Quisiéramos que todos hablaran bien de nosotros todo el tiempo; pero la verdad es que damos demasiada importancia a lo que los demás dicen.

¿Realmente sabes quién eres?
¿Tienes confianza en tu persona?
¿Será que si dejas la ofensa de lado podrías encontrar sabiduría en lo que otros han dicho de ti?
¿Estas tan seguro de ti mismo que no te mueve lo que dicen?

La humildad de corazón te ayudará a encontrar aprendizaje en cada situación. Esto hará que aunque hablen mal de ti tu barca no sea sacudida. También implica que cuando esto suceda en vez de perder los estribos, en medio de la tormenta podrás hallar la suficiente estabilidad como para sacar de ello lecciones que te ayuden a ser una mejor persona.

La mayor parte del tiempo los que te critican y calumnian están en peores condiciones que tú. Si no lo estuvieran, te hablarian de frente de aquello que les molesta. Personas así de sinceras son muy difíciles de encontrar. Vivimos en un mundo roto, lleno de personas rotas. Entender esto te hará más capaz de comprender de dónde viene la crítica y te dará compasión hacia ellos. No olvides que estas en las mismas condiciones. Tú también tienes partes rotas.

Dios te hizo y te conoce. No está ciego a tus fallas y debilidades. Sabe en cuáles áreas necesitas mejorar, pero no te pide la perfección. Ve tu esfuerzo. Sabe de tu trabajo árduo. Es consciente que hay cosas con las cuales estás luchando. Y habla bien de ti. Resalta siempre tus puntos positivos y te ama por completo. Que esta verdad te consuele hoy. ¿Por qué has de preocuparte por lo que dice la gente cuando tú Padre habla bien de ti? Sus palabras son un escudo alrededor de tu vida y levantan tu espíritu a nuevas alturas de ánimo y esperanza. La tristeza y la decepción quedaron atrás. En su lugar hay paz y confianza.

Tu Padre habla bien de ti.


sábado, 8 de abril de 2017

LO QUE ESPERO

Jacob huyó de su casa porque su hermano le quería matar. En su vida había muchas incógnitas y su futuro era incierto. Pronuncia palabras claves luego de su visión del cielo: «Si Dios en verdad está conmigo y me protege en este viaje, y si él me provee de comida y de ropa, y si yo regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor ciertamente será mi Dios. (Génesis 28:20‭-‬21 NTV)

¿Jacob estaba negociando con Dios? No. Más bien pronunciaba los deseos de su corazon en el inicio de su caminar personal con Dios. Es que antes de ese encuentro él sólo sabía de Dios. Ahora él iniciaba su caminar personal con Él. Más bien él decía, "Me bendices aunque no lo merezco y yo me comprometo a seguirte."

¿Has tomado esa decisión de todo corazón? ¿Has pronunciado (dicho en voz alta) lo que tú esperas de este viaje? No olvides que, como dice Jeremías 29:11, Dios te dará el fin que estás esperando.

Toma el tiempo de escribir qué esperas. Sepa que aunque eres débil y tiendes a fallar, Dios cumplirá. Una vez que lo hayas escrito, lealo en voz alta y comprometete a seguir caminando con Dios no importa qué.

domingo, 26 de marzo de 2017

ESTOY FELIZ

Entonces Agripa le dijo a Pablo: —Puedes hablar en tu defensa. Pablo alzó la mano y comenzó a hablar así: «Me siento feliz de poder hablar hoy delante de Su Majestad, oh rey Agripa, para defenderme de todas las acusaciones que los judíos han presentado contra mí, Hechos 26:1‭-‬2

Pablo estaba siendo juzgado. El hombre más poderoso de la tierra, el que le podía mandar a la muerte con un simple gesto,  le dijo que podía hablar. Y Pablo comenzó uno de los discursos más elocuentes que haya sido registrado. Levantando una mano en dirección del gobernante dijo, "Estoy feliz... ". Había estado en un calabozo asqueroso, estaba siendo juzgado a pesar de haber dado todo por Dios y podía ser exterminado en cualquier momento; pero él tomó una decisión: la de ser feliz.

¿Cual es tu actitud ante tu situación hoy? ¿Cómo has decidido estar? Estando en lecho de enfermo, en necesidad, perseguido, calumniado o lo que pueda venir escojo ser feliz. ¿Y tú?

¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza!». Nehemías 8:10

jueves, 9 de marzo de 2017

NO PUEDO

Muchas veces escuché decir que Dios no nos dará prueba mayor de lo que podamos soportar pero hoy quiero decirte que esto no es del todo cierto. Hay momentos tan oscuros y aterradores en esta vida que nosotros no los podemos aguantar.

La madre que se despide de su hijo enfermo de cáncer.

El hombre que entierra a su esposa.

El joven víctima del abuso constante.

Puede el corazón soportar este tipo de dolor? Llegamos al límite de nuestra capacidad y no podemos más. Pareciera que las aguas nos ahogan y nuestros pies no encuentran lugar firme.

Aunque suene ilógico este es el mejor lugar para estar; porque es cuando no podemos más que nos abandonamos en las manos de Dios.

Abandono.

No puedo. Me rindo. Toma el control.

Sólo así podré vivir la Verdad del Salmo 23. Aunque pasé por la sombra de la muerte... No temeré... Tú estas conmigo. Los lugares más oscuros y los tiempos más difíciles nos permiten conocer al Dios quien está a nuestro favor, el Padre que sostiene, el Amigo que consuela y el Victorioso quien no nos dejará caer.

Has llegado al punto en que ya no puedes más? Es tiempo de abandonarte en Sus manos. Aunque esta prueba tú no lo puedas soportar, hay Quien ya ganó la batalla;  y es por Su poder que tú también lo harás.

Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. Proverbios 3:5‭-‬6

martes, 31 de enero de 2017

UN BUEY EN MI ESTABLO

El buey es un animal muy importante para el agricultor. Es fuerte y muy grande,  pudiendo llegar a pesar alrededor de 1000 kg. Si un cachorro o un gatito da trabajo ¿puedes imaginar cuánto da un buey? ¡Sus 1000 kg exigen atencion! Comida,  cuidado y limpieza,  y todo en grandes cantidades. Sin embargo,  a pesar del trabajo que el buey da a su dueño,  los beneficios que ofrece son más. Puede cargar gran peso y estirar grandes cargas por largas distancias. Es incansable y poderoso. Si tienes un gran trabajo agricola que hacer ¡un gran buey es una bendición!

Proverbios 14:4 dice "Sin bueyes un establo se mantiene limpio, pero se necesita un buey fuerte para una gran cosecha." Sin el buey es fácil mantener el orden. Un establo limpio es un establo vacio,  pero uno se da cuenta si en un establo vive un buey. Para comenzar,  el olfato dará testimonio,  y puedes imaginar por qué.

Compare tu vida con un establo. ¿Tiene un buey en él?  Algo que te permite avanzar y ser productiva exige mucho trabajo y a veces ocasiona un desastre.  Puede ser un ministerio,  un trabajo o una tarea. Quizás sea tu familia. Tal vez sea tu carácter. ¿Cuál es el buey en tu vida?

A veces te encontrarás limpiando tu establo y sí,  habrá ocasiones en las que tendrás que juntar las cosas hediondas. Errores,  fracasos y  desastres personales no huelen a rosas.

Un buey exige trabajo,  esfuerzo y el ocasional desastre,  pero te permite avanzar. Quizás te quite sueño,  y puede ser que por ese "buey" hayas dejado de lado otras cosas,  pero es justamente lo que te da la oportunidad de alcanzar metas y lograr sueños. No creas que todo está perdido si tienes  errores y fracasos. Quien avanza los tendrá. Quien tiene un buey tiene mayor cosecha y de vez en cuando tendrá que limpiar su establo.

lunes, 30 de enero de 2017

MERECERTE


En estos días estuve mirando una vez más la hermosa película Orgullo y Prejuicio. Tan hermosa y profunda es la historia que lo he leido y he visto la pelicula,  ambos más de una vez.

En una escena el padre de Elizabeth Bennet,  la protagonista de la historia,  la llama a su estudio. Él acaba de tener una conversación con Mr. Darcy,  quien pide la mano de su hija. El papá,  en una gran muestra de consideración y respeto, considerando la época,  la pregunta qué quiere ella. Cuando Elizabeth responde que le ama y quiere ser su esposa,  el padre responde con estas palabras: "No puedo creer que alguien pueda merecer tenerte." El padre de Elizabeth tenía a su hija en tan alta estima que nunca había visto que alguien pudiera alcanzar estar a su lado.

Constantemente aconsejo a mujeres y a jóvenes quienes están en luchas fuertes por causa de un problema real. No saben cuánto valen. Cuando no entendemos nuestro propio valor,  cuando no dimensionamos quiénes somos,  fácilmente nos damos al primero que aparece.

Efesios 2:10 dice que eres hechura Suya (esto es Su obra de arte), que fuiste creado en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano (aún antes de tu concepción) para que anduviéras en ellas. No eres cualquier persona. Eres una obra maestra en cual Dios tomó tiempo para plasmar detalles delicados e únicos,  Él escribió planes personalizados para ti y te llamó por nombre. Como si esto fuera poco,  Dios dio a Su propio Hijo en paga por tu vida.

Si puedes ententender todo esto,  si puedes hoy abrazar estas verdades,  va a suceder algo hermoso. Tu estándar va a subir. Vas a comenzar a verte como Él te ve. Vas a ver que tu Padre está diciendo,  como el papá de Elizabeth Bennet,  "No puedo creer que alguien pueda merecer tenerte." Tu Padre te tiene en alta estima. No cualquiera puede estar a tu lado.

No te des por poco. No bajes tus expectativas. Ponlas muy alto. Te ama con pasión. Te ama celosamente. Estableció tu valor y es muy alto - tan alto que solo la vida de Jesús pudo pagarlo. 

viernes, 27 de enero de 2017

CUANDO ATACAN

Un tiempo atrás estuve envuelta en una situación personal muy difícil. Había personas quienes estaban hablando mal de mí y maquinando en mi contra,  y yo vivía en un estado emocional desastroso. Me sentía muy dolida y decepcionada. Estas personas habían sido mis amigos,  o por lo menos había pensado que lo eran. Había compartido mi corazón con ellos,  había confiado en ellos; y ahora me estaban dando golpes bajos que me dejaban atónita.

Un día iba en el colectivo y pasaba frente al hospital IPS, cuando el Espiritu Santo me habló. Cuando Él habla,  no necesita decir mucho. Con contadas palabras puede decirte cosas que cambian tu perspectiva por completo.

Imagina la escena. Estoy en el colectivo,  más o menos a las 11 de la mañana. Voy sentada y pensando en la situación que estoy pasando. En mi mente estoy armando el discurso que diría a éstas personas si las tuviera en frente. Admito que me sentía bastante enojada porque la noche anterior me había enterado de algo que estaban diciendo de mí,  y lo que en la noche había sido lágrimas de dolor ya iba convirtiéndose en expresiones de indignación.  

¿Cómo había podido decir semejante cosa de mí,  siendo que había sido me mejor amigo? ¿Por qué no les importaba nada mi corazón? ¿Cómo se atrevían a inventar semejante atrocidad sin siquiera preguntar cuál era la verdad? Mis emociones iban subiendo de tono hasta que mi mente estaba totalmente envuelta por un manto de ira y dolor. Y entonces Él me habló.

Pasando frente al monstruoso sanitorio,  escuché Su voz. "Vas a morir,  Laura. " Mi corazón entendió el contexto. No era un "Preparate porque te queda poco tiempo en la tierra" sino algo mucho más profundo. Me estaba haciendo recordar que todo lo que hay aquí pasará,  que aquello que pareciera ser una montaña impasable realmente carece de importancia,  y que llegará el día en cual me pararé frente a mi Padre. ¿Qué querré presentar delante de Él cuando llegue ese momento? ¿Una vida gastada en pleitos y llanto porque las cosas no salían como yo había querido? ¿O una existencia victoriosa,  donde a pesar de los ataques y la persecución,  había sabido vencer al mal con el bien?

Suena tan facil. Tú y yo sabemos que no lo es.  Persecución habrá y es probable que venga de donde menos lo esperas. Habrá decepción y la gente te va a desilusionar. ¿Y? No puedo cambiar a otros. No tengo ni el derecho ni el poder necesario para transformarlos a ellos; pero sí tengo potestad sobre mí persona. Decido mi actitud, escojo mis palabras y cuando resisto el deseo de ser victima,  me convierto en vencedor.

En aquella época dura,  el Señor me enseñó algunas cosas que quizás te sean útiles:
1. Nadie me puede lastimar a no ser que yo lo permita.
2. Yo escojo cuáles críticas recibir.
3. Las personas quienes lastiman están lastimadas. Necesitan de mi compasión.
4. Todo problema,  toda dificultad pasará. No hay por qué desesperarse.
5. Cada valle de la vida tiene un propósito. Debo estar dispuesta a crecer aunque duela.
6. Dios no me llamó a ser víctima.
7. Parte de la victoria está en saber soltar y avanzar. Lo que sucedió obró para bien. Ahora es tiempo de continuar.
8. Frente a la persecución y el ataque tengo que ordenar mis emociones. El Espíritu ordena a la carne. Así, aunque sea cruel la tormenta, puedo ser de bendición.
9. Boca cerrada + rodillas dobladas = éxito.
10. Mi identidad está en Cristo. Lo que dicen de mí no define quién soy yo sino quienes son ellos.
11. No toda la gente en la iglesia es buena. No todas las personas en la familia apoyan.
12. Amar es la mejor decisión. Siempre.

La verdad es que mientras más arriba,  más te tirarán piedras. Las criticas y el ataque son a veces la mejor confirmación de que estas donde debes estar. Mientras más cerca estés de la victoria,  más el enemigo intentará frenarte. Cambia tu perspectiva de la persecución y da gracias a Dios por ella. El Autor de tu historia es Dios y todo lo demás es aprendizaje y crecimiento. 

viernes, 20 de enero de 2017

LA MEJOR OPCIÓN

Dios nada,  absolutamente nada,  hace al azar. Cada cosa tiene un tiempo, lugar y manera perfecto dentro de Su perfecta voluntad.

Jesús nació en el  momento histórico perfecto. No fue al azar que Él haya venido al mundo ese día y año. Israel estaba bajo el dominio de los romanos y clamaba por libertad. El pueblo judío más que nunca estaba esperando un libertador.

A esas circunstancias llega Cristo. El Hijo de Dios,  Salvador, Redentor de la humanidad nace a un pueblo que clama por Él. El Príncipe de Paz apareció justo cuando Israel vivía oprimido. Y no le vieron.

Esperaban un gladiador,  un guerrero quien viniera a derrocar a los opresores. Estaban seguros que Él vendría con pompa y ceremonia, que levantaría un ejército y que haría el milagro politico que ellos creían necesitar.

Sin embargo,  allí estaba: un bebé indefenso en un pesebre. No nació en un palacio, ni tuvo padres poderosos. Su misma concepción había sido controversial al ser en el vientre de una virgen sin esposo. ¡Qué escandalo! Cuando llegó al mundo, no hubo un anuncio nacional. Pocos se emocionaron al saber de Su existencia. Sin embargo,  Israel tenía lo que anhelaba: su Libertador.

La manera perfecta de Dios raras veces es obvia. El problema es que a menudo,  como Israel,  creemos que sabemos cómo deben ser las cosas. Hasta queremos aconsejar a Dios. "Señor,  este es el hombre con quien quiero estar. Este trabajo me conviene. Voy a hacer esto y va a suceder aquello." Y Dios dice,  "No estás viendo el escenario completo".

Israel solo veía la necesidad inmediata - la de un salvador terrenal. Dios sabía que Su pueblo necesitaba un Salvador Eterno.  Si nos sometemos por completo a Su voluntad,  entendiendo que nuestra mejor opción siempre será escuchar y obedecer al Señor antes de querer descifrar la vida a nuestra manera,  entonces recibiremos  lo que Él nos quiere dar y no tan solo lo que creemos que necesitamos.

Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin! Lucas 1:33

jueves, 19 de enero de 2017

LO QUE ÉL QUIERE


¿Quién no tiene problemas? Nadie puede decir que vive sin dificultades y luchas. Sin embargo,  a menudo no somos conscientes acerca del por qué de esas situaciones.

He venido estudiando el libro de Jueces y admito que en un momento dado me sentí bastante frustrada. ¡El pueblo de Israel era tan ciego y terco!  Vez tras vez se repite que ellos hacian lo que les parecia bien. Un juez tras otro subía a gobernar,  y cada uno traía a la silla de autoridad sus complejos y desastres. Durante todo esto,  hay dos verdades indiscutibles: a su lado y a su favor estaba el Único Dios; y ellos estaban pisando la tierra prometida a ellos por Él.

Si lees Jueces 19 quizás tú, al igual que yo,  te quedes horrorizada. Lo considero el peor capítulo de la Biblia. El abuso,  la perversión y la violencia que se evidencian ahí son muestra de cuán bajo puede caer el ser humano. Lo que más me ofendió es que el hombre quien causó el daño es el mismo quien llama a Israel a la venganza. El pecador se hizo del santo.

Dios odia la maldad porque nos ama a nosotros. Él no aprueba lo que le hicieron a esa mujer. Él me llevó de vuelta al origen del problema: cada uno hacía lo que mejor le parecía. Cuando hacemos lo que queremos, nos perdemos.

Israel,  al final del libro de Jueces,  está en su punto más bajo. ¿Por qué? Porque está viviendo las consecuencias de sus decisiones. A Dios le habían dado la espalda y la crisis moral solo era fruto de esto. Mirando su realidad,  me sentí enojada; hasta que Dios me llevó a mi propia realidad. No soy mejor que ellos. Es solo en total dependencia de Dios que puedo esperar cosas buenas.

A menudo venimos ante Dios con las consecuencias de nuestro vivir y le rogamos que las cambie. Creemos que Él debe transformar la circunstancia, y así oramos; cuando realmente lo que necesita ser transformado somos nosotros mismos. No trata tanto de la situación,  sino de nuestra condición.  Cuando hay cambio interno,  el cambio externo se da naturalmente.

Israel buscó castigar al pueblo ofensor pero nunca reconoció que todo había sucedido porque ellos mismos eran corrompidos. Pedimos a Dios que nos quite de las deudas,  cuando realmente necesitamos que Él transforme nuestra actitud hacia las riquezas. Clamamos a Dios que cambie nuestro matrimonio pero no rendimos a Él nuestras heridas del pasado. Queremos ser más flacas, sin embargo nuestro corazón busca consuelo en la comida en vez de hacerlo en Su presencia. Si es que  tal como lo hizo Israel,  solo tocamos la superficie,  no habrá cambio verdadero. Lo visible será diferente cuando lo invisible esté ordenado.

¡Te animo hoy! No todo está perdido. Puede ser que tu vida esté en desorden hoy o quizás haya partes de ella con las cuales luchas desde hace tiempo y no logras vencer. Tengo la respuesta: Cristo. Él es el único quien puede transformar tu condición para que tu situación sea otra. No importa cómo o donde estés,  pidale que examine tu corazón y dale la libertad de transformarte. Que se haga lo que Él quiere. 

martes, 17 de enero de 2017

TUS TÉRMINOS

En el libro de Jueces vez tras vez dice lo mismo: cada uno hacía lo que bien le parecía. Israel se alejaba cada vez más de Dios porque trataba de acercarse a Dios bajo sus propios términos. Y no funciona.

La humanidad no ha cambiado. Miles de años han pasado y seguimos en lo mismo. Las ideologías modernas enseñan que tenemos la capacidad y el derecho de construir nuestra propia verdad,  y que cada persona puede tener una verdad única. ¡Qué mentira tan grande! Observa bien esa forma de pensar y vas a encontrar el problema presentado en Jueces: que cada uno puede hacer lo que bien le parece.

El resultado es también lo mismo ahora que en aquel entonces. Desórden, caos y perdición. No puedo evitar,  al considerar esta mentalidad,  qué tipo de Dios tendriamos si fuéramos nosotros quienes estableciéramos las condiciones para estar en Su presencia.¿Para qué quiero un Dios si yo puedo ser mayor a Él?

Esto nos lleva a la raiz del problema: el orgullo. El hombre al querer poner sus condiciones está tratando de tomar el lugar de Dios. Está diciendo,  "Toma un paso al costado,  Señor. Todo está bajo control - el mío". El " yo puedo" del ser humano se convierte en "yo pierdo" en un instante.

La respuesta es sencilla. Es la humildad. Quizás me digas que no es sencillo ser humilde,  pero no. Solo es dificil cuando las emociones nos ganan. Si decidimos obedecer,  nuestras emociones se tienen que sujetar.

Si has ido lejos del Señor, tratando de hacer las cosas a tu manera,  cambia de rumbo hoy. Acércate a Él bajo Sus términos. Pidale perdón y digale que quieres que te enseñé Sus caminos. Al reconocer Su soberanía y tu necesidad estarás ganando una batalla eterna y abriendo las puertas a que se haga Su perfecta voluntad en tu vida.

lunes, 16 de enero de 2017

ÚNICA

Tengo que confesarles algo. Durante años viví plagada de complejos. Mi estatura (soy bastante alta),  mi peso (soy una mujer grande),  mi carácter (tengo el carácter firme)... Basicamente  todo me acomplejaba.

Llegué a un punto en mi vida donde me di cuenta que no estaba sola en mi condición de acomplejada. Las mujeres en general luchamos con complejos,  y cada vez más. No sé si las damas de otras épocas sufrieron esto,  pero sé que en este tiempo sufrimos una presión social exagerada que nos hace creer que hay un estándar de cómo debemos ser para ser bellas y aceptables. ¿De donde salió todo esto?  ¿De la publicidad,  de la moda,  del canon cultural? En parte sí. Pero hay un trasfondo más importante.

Hay una lucha por tu vida. A un lado está el enemigo quien te quiere hacer creer que no podrás,  que no tenés lo que se necesita,  que no alcanzas. Si él puede hacerte creer sus mentiras entonces te mantendrá callada e inmóvil. Lo hace por querer evitar que se manifieste en tu vida todo lo que Dios diseñó para ti.

Al otro lado está Dios,  quien te hizo y te ama como sos. Pensa un momento en eso. Quiere decir que no te exige ser como fulana o tener el cuerpo de mengana. Él está enamorado de ti como eres.

Cuando llegué a entender,  a realmente entender esto,  de mis hombros salió una carga. Ya no necesitaba entrar al molde de nadie.  Podía usar tocas altos sin vergüenza,  porque mi estatura es algo que Dios ama.   Comencé a caminar con confianza en vez de tratar de esconder mi tamaño. Y dejé qué Él desarrollara y moldeara mi carácter porque entendí que me lo dio para usarlo para Su gloria.

En Mateo 22:39 Jesús dice: Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No podrás dar lo que no tienes. Si no te amas ¿cómo amarás a otros? La verdad te hace libre hoy. Eres bella, fuerte y victoriosa. La gracia de Dios está en ti y este mundo,  en este tiempo,  te necesita tal como eres. Eres única. Eres libre. Vive confiadamente.

viernes, 13 de enero de 2017

EN SUS MANOS

No hay nadie más artista y más creativo que Dios. Él hizo de toda la creación su lienzo y se explayó con soltura en cada detalle.

Efesios 2:10 dice que eres hechura de Dios. Hechura trata de la manera en que algo está hecho,  pero también se refiere a algo en relación a su creador. En otras palabras,  Dios está aclarando que eres Su obra.

Pensemos en qué esto implica. Significa que Él tomó el tiempo necesario para hacerte; se dedicó a hacer una obra única cuando te formó; como artista se esmeró en los detalles; y ama lo que hizo. Cuando creó al universo tomó cada día un paso hacia atrás,  observó lo que había hecho y dijo que era bueno. De la misma manera  Dios te mira y dice que sos hermosa. Se goza en Su hechura - tú.

Dios es el artista,  tú eres la obra y Jesús es el modelo. Lo que Él comenzó en ti no ha terminado aún. A medida que le permitas trabajar en ti, le parecerás cada vez más a Cristo. Entra al estudio del Artista. Ríndete en Sus manos. No te arrepentirás.

jueves, 12 de enero de 2017

LA DESILUSIÓN DEL ÉXITO

La cultura moderna alienta a encontrar satisfacción en el lograr y en el tener. Enseña que siempre nos falta algo, y nos impulsa a una frenética y constante búsqueda de la satisfacción.

"Si tan solo pueda tener _____________" pensamos. Ese nuevo auto,  la carrera, la pareja, la figura, el dinero. Cuando lo logramos, por un tiempo muy corto estamos contentos ¿y luego qué?

Hace más de 2500 años un rey escribió esto: Me dije: «Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos “las cosas buenas” de la vida!»; pero descubrí que eso también carecía de sentido. (Eclesiastés 2:1) Aparentemente esto de la insatisfacción tiene menos que ver con la época de lo que pensábamos. Si un hombre pudo pensar así hace tanto tiempo me lleva a pensar que este empuje por tener y ser más es parte de la condición humana.

En Eclesiastés 2 el rey Salomón,  hace una lista de todo lo que había logrado:

- enormes mansiones
- hermosos viñedos
- jardines y parques, con toda clase de   árboles frutales
- represas para juntar agua
- esclavos y esclavas
- enormes manadas y rebaños
- grandes cantidades de plata y de oro
- cantores estupendos, tanto hombres como mujeres
- muchas concubinas hermosas
- todo lo que un hombre puede desear
- gran poder
- sabiduría que nunca le falló

¡Suena a una vida perfecta! Pero espera. Continua diciendo: "pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido, era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte." El lo tenía todo pero luchaba con la desilusión del éxito. Había descubierto que nada en esta tierra trae satisfacción.

Estudios demuestran una correlación muy débil entre riqueza y contentamiento. Mientras más próspera una sociedad,  mas tiende hacia la depresión. Las cosas que el ser humano cree le va a hacer feliz fallan. Se puede pasar la vida persiguiendo lo que no llenará las expectativas. Nada de lo que podamos acumular,  ni nuestra imagen y menos los títulos podamos llevar con nosotros al final.

Si buscamos algo para ser feliz;  si creemos que si tan solo alcanzamos cierta cosa seremos completos; si vivimos bajo la presión de lograr para sentir que tenemos valor, estamos a mano con Salomón. Tener éxito no es malo. Lo malo es creer que el éxito te hará feliz.

¿Qué haremos entonces?

El éxito está en Jesús. Él venció por nosotros las cosas eternas. ¿Para qué afanarnos con las cosas pasajeras? Vivamos contentos con mucho o con poco,  conscientes de que lo que podemos tocar y ver aquí,  no es lo que pesará allá. Invertamos en las relaciones y por sobre todo conozcamos a Cristo. Ahí está el éxito.

 

miércoles, 11 de enero de 2017

VEO SU GLORIA

Una de las cosas que me impacta constantemente al ministrar a mujeres es cuán duras somos con nosotras mismas. Nos exigimos la perfección en algunas áreas sino en todas. Queremos la vida,  el esposo, los hijos, la carrera,  la cuenta bancaria y la imagen y todo lo queremos perfecto. Pareciera que estamos compitiendo con quién sabe quién.

Si ni Dios nos exige tanto entonces ¿por qué nosotros lo hacemos? Aprendamos a ser felices con quienes somos. Es tan fácil perder la perspectiva eterna cuando vivimos bajo presión, corriendo de un compromiso a otro. Las responsabilidades,  los problemas y el cansancio fácilmente nos desenfocan del verdadero objetivo.

Encuentre motivos por qué luchar pero no te afanes. Él tanto te ama que te regala cada día;  cada detalle de tu persona Él lo ama; y quién eres tú es todo lo que Él quiere de ti. Enfóquese en Él y no en ti.

Hace un tiempo el Señor me reveló  mientras ministraba a un grupo de jóvenes que muchos de ellos no tenían dificultad para ver Su gloria cuando miraban a otros,  pero no la veian en el espejo. ¿Y tú? Al mirarte ¿ves Su gloria?

Quiero pedirte algo. Ponte frente al espejo y mira. Deja que pase por lo menos un minuto,  solo observándote. ¿Qué ves? ¿Qué cosas cruzan por tu mente al mirar tu propia imagen?

En Juan 11:40 Jesus aclaró: —¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? Pedimos al Señor que nos muestre Su gloria,  sin embargo estamos rodeadas de ella y no la vemos. Cree que Su gloria se manifiesta en tu vida. Entonces lo verás.

Has vivido un milagro? ¿Has visto la gloria de Dios? A pesar de todo lo que pasó no sucumbiste. Estas de pie y avanzando. La gloria de Dios se manifiesta a través de tu vida. El milagro eres Tú.

martes, 10 de enero de 2017

SONRÍA

Tu felicidad,  tu gozo y la actitud de cada día lo decides tú. No hay circunstancia,  problema o dificultad que pueda robarte la sonrisa si estas agarrada de Dios.

De antaño,  si una persona entraba a las cámaras del rey con cara larga,  él tenía el derecho de mandarlo ejecutar. ¡Puedo imaginar a las personas practicando su mejor sonrisa antes de pasar por la puerta del palacio! Cuánto más nosotras,  quienes somos hijas del Rey,  debemos sacudirnos de todo lo que nos aqueja y vestirnos de una gran sonrisa al estar cara a cara con Él. Es por Jesús que tenemos la posibilidad de estar donde Él está. Que estés frente a Dios te tiene que llenar de felicidad. ¡Con razón que el salmista dice que en la presencia de Dios hay plenitud de gozo!

Todo lo que vemos aquí es pasajero. Nada perdura para siempre,  ni siquiera tu problema. Lo que no vemos es más real de lo que vemos,  así que levanta tus ojos y mira a Cristo,  tu Rey. Y sonría.