Tú y yo somos transformadas por Dios para luego
transformar todo a nuestro alrededor. Las hijas de Dios somos luz. La luz, por más pequeña que
sea, no cambia de ser luz sino que transforma el lugar donde está.
Cuando yo
vine al Paraguay a mi cuerpo le llevó varios años ajustarse al calor y la
humedad. Mucho sufrí en el proceso. Dolores de cabeza, nauseas y mareos fueron
mi pan de cada día. ¡Hasta llegué a pensar que sería así por siempre! Sin embargo,
con el paso del tiempo pude adaptarme y hoy ya resisto muy bien al clima
tropical. La capacidad de adaptarnos puede ser muy útil en circunstancias
como esas; pero en cuanto nos lleva a comprometer lo que nos enseña Dios es un
problema.
Muchas personas son camaleones. De acuerdo con la
situación cambian de color. Nunca realmente se sabe cuál es su verdadera
postura porque en cualquier momento cambian de vuelta. El ambiente o nos cambia a nosotras, o
nosotras lo cambiamos. Sabemos que el mundo está lleno de cosas negativas pero ¿cuán
positivas somos? No me refiero a una forma de pensar positiva; lo cual, de
hecho, es muy importante. Me refiero al poder de Cristo en nosotras, lo cual
transforma todo en positivo.
Pablo escribió a los cristianos en Corintios. Era un
pueblo rico, próspero y bendecido pero estaba luchando con el entorno. Estaban
rodeados de corrupción y perversión; y sentían la presión de adaptarse. Sería mucho
más fácil ser como ellos y actuar a veces como sabemos que la gente espera de nosotras. Así nadie
se enoja, nadie se molesta y todos somos felices. Error. Dios quiere que seamos
radicales y firmes, como Él lo es. En las circunstancias difíciles, cuando
decidimos hacer lo que Dios manda en vez de lo que sería más fácil, nuestra fe
es probada. Solamente así saldremos aprobadas.
Lea las palabras de Pablo a los Corintios: “Siempre doy gracias a
mi Dios por ustedes y por los dones inmerecidos que les dio ahora que
pertenecen a Cristo Jesús. Por medio de él, Dios ha enriquecido la iglesia de ustedes en
todo sentido, con toda la elocuencia y todo el conocimiento que tienen. Eso confirma que es verdad lo que les dije acerca de Cristo. Ahora tienen todos los dones espirituales que necesitan
mientras esperan con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesucristo. Él los mantendrá firmes hasta el final, para que estén libres
de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva. Dios lo hará porque él es fiel para hacer lo que dice y los ha
invitado a que tengan comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.”
(1 Corintios 1: 4 – 9)
El Señor nos da todo lo que necesitamos y
mucho más. Nos da libertad, un entendimiento profundo de la Verdad, todos los
dones pueden ser nuestros y nos confirma constantemente que somos Suyos. Quiere
que estemos cercas de Él. Quiere bendecirnos. ¿Por qué entonces flaqueamos?
No necesitamos nada que este mundo ofrece. Necesitamos
de Él. Mantengámonos firmes. No permitamos a nuestro corazón ser de doble ánimo
sino que prosigamos a la meta.
Arráiguense
profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de
ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud.
Colosenses 2:7
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.