jueves, 8 de diciembre de 2016

BALANCE ANUAL

Cuando pasamos de una estación de la vida a otra, tendemos a hacer un balance. Probablemente,  al acercarnos al fin de año,  estés haciendo esto. Evaluamos desde enero hasta diciembre,  aunque sea superficialmente. ¿Qué tal fue este año para ti?

He visto en estas últimas semanas unas publicaciones que decían algo como,  "Todavía hay tiempo para que algo bueno me suceda este año." No pude evitar una sensación de tristeza. ¿Puede ser que alguien pase casi 12 meses sin que algo bueno le haya pasado? Mi conclusión es esta: la cuestión no es de circunstancia sino de actitud.

No lo dudes. Sé que muchas personas pasaron por situaciones extremadamente dificiles en este año. No estoy menoscabando el grado de dolor en estas experiencias. Estoy apelando al valor de la actitud ante las mismas.

¿Te fue dificil?  Te comprendo. ¿Has luchado mucho? Te felicito. ¿Hubo momentos en los cuales te sentiste sin fuerzas? He estado ahí. Muchas veces. ¿Las pruebas fueron en vano? Jamás.

La mujer quien está llegando a diciembre es más fuerte,  más sabia y más madura que quien emprendió este viaje en enero. Todo ha obrado para bien. Dios usa la vida para que seas moldeada,  impulsada y corregida.

Mira hacia atrás este diciembre dando gracias. Dios ha sido fiel. A través del fuego caminó contigo y en medio de las aguas te sostuvo. Él ha levantado tu cabeza para que mires hacia delante con fe,  sabiendo que,  sin importar lo que vendrá vencerás - no por quien eres ni por lo que sabes,  sino porque el Gigante camina a tu lado.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados...  ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Ro. 8:28‭, ‬31

martes, 6 de diciembre de 2016

SIEMPRE CORRIENDO

Son casi las 11 pm y estoy muy cansada. Para colmo,  después de correr todo el día,  de lidiar con una tormenta,  de tratar con más de una persona difícil,  de terminar las cosas para la hora indicada y de llegar a altas horas a mi casa,  me doy cuenta que no publiqué el devo de hoy.

No,  no es que no quise. Tampoco es que no me importe. Todo el dia estuve pensando en lo que quería escribir solo no pude encontrar un rato para sentarme a hacerlo.

¿Tienes también días así? Pareciera que el tiempo es nuestro dueño,  y no tenemos nosotras dominio sobre ello. Es muy estresante.

En un mundo siempre apurado,  y aún más en esta época en que pareciera que todos pierden la cordura,  cuan importante es saber manejar nosotros el tiempo con sabiduría. Es necesario saber escoger entre actividades en vez de tratar de hacerlo todo; y es importante saber fijar prioridades. Pero hay algo más.

Necesitamos realizar las actividades y fijar las prioridades de Dios. ¿Cómo se hace eso? Sencillamente,  buscándole a Él. El Salmo 90:12 dice así: "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría". En términos sencillos,  necesitamos pedir a Dios que nos enseñe cómo vivir mejor; cómo saber qué abrazar y qué dejar; cómo estar en paz.

El tiempo es un recurso de gran valor. Lastimosamente,  cuando se nos haya ido ya no volverá a nosotros. Administrémoslo sabiamente y gastémoslo en lo eterno.

lunes, 5 de diciembre de 2016

TE FELICITO

y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante
Hebreos

No sé si es solo a causa de mi carácter,  pero estoy convencida que la virtud más difícil de desarrollar es la paciencia. Exige esperar aunque no veas nada y tener fe aunque todo vaya en contra. La paciencia va de la mano con la fe.

Dios nos llama a correr esta carrera,  que es la vida, con paciencia. En sintesis,  a seguir corriendo aún cuando no ves nada bueno,  cuando las promesas todavía no se han cumplido y cuando los obstáculos quieran convencerte de que no lo lograrás. Ten paciencia y siga corriendo.

Suena fácil. Ojalá lo fuera.

Estamos a fin de año. Has corrido una carrera todo el año y quizás te sientas cansada. Tal vez te estes preguntando por qué ciertos logros no alcanzaste. Ten paciencia. Esta carrera no es de velocidad sino de perseverancia. A veces correrás fuerte,  y otras veces te costará más correr. Siga corriendo. Llegarás y vencerás.

Hoy te quiero alentar. Quiero que sepas que para nadie es fácil esta carrera y también que todo lo que tiene valor cuesta caro. Lo estás haciendo bien. Has tenido algunos contratiempos pero sigues corriendo. Más de una vez pensaste que no lo lograrías,  que era mejor tirar la toalla,  pero de nuevo te  sacudiste y volviste a la carrera. No te has rendido. Te felicito.

Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Salmos 73:26

domingo, 4 de diciembre de 2016

YA NO MÁS

...despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia...
Hebreos 12:1

La palabra "asediar" es muy interesante en el contexto en el cual se usa en Hebreos. Significa sitiar u acosar. El sitio es una estrategia militar a través de la cual un poder rodea a su enemigo y no permite que nada ni nadie entre ni salga hasta que se rinda o muera. Es justamente lo que hace el enemigo de nuestra alma con nosotros. Nos rodea y nos encierra hasta que o nos rindamos o muramos.

Hay pecados especificos que nos asedian. Sabrás tú cuál es o cuáles son los que te acosan siempre. Son las áreas débiles donde aparentemente no podemos vencer,  las cuales nos persiguen y siempre nos hacen caer.

La mayoría pensarán en el pecado sexual y para muchas personas es ésta su área débil, pero en cualquier área de nuestra vida puede haber flaqueza. ¿Gastas demás siempre?  ¿Hablas mucho de las personas? ¿A pesar de que sabes qué debes hacer,  te pasas el tiempo en otras cosas? ¿Te opones a la autoridad?  ¿Tratas de controlar y manipular a la gente?  ¿Sientes que eres más y mejor,  aunque no lo demuestres mucho?  ¿Vives buscando la atención de los demás para sentir que tienes valor? Todos son pecados que asedian a la mente y al corazón.

Sin embargo,  no podemos culpar solamente al enemigo por nuestra destrucción. La Palabra nos instruye a despojarnos - o sea,  a hacerlo nosotros. No trata solamente de reprender al enemigo  ni de pedir a Dios ayuda,  aunque ambas cosas puedes y debes hacer. Si haces estas cosas pero no tomas decisiones radicales acerca del pecado que te asedia, es en vano.

Pidale a Dios que examine tu corazón y comprometete a tomar las decisiones correspondientes. Toma la decisión firme: "Ya no más. El tiempo de este pecado se acabó en mi vida." Sea radical y práctico. Si hay algo en tu vida que te asedia,  despojate de ello. En otras palabras,  sacalo de tu vida. Tú puedes. Decida soltar todo lo que te impide correr la carrera,  aunque duela. Te aseguro que por más alto que sea el precio,  el premio siempre será mayor.

sábado, 3 de diciembre de 2016

EL PROBLEMA CON EL PECADO

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante Hebreos 12:1

Ayer hablamos del peso que debemos desechar para poder avanzar. Hoy hablaremos acerca del pecado que nos asedia.

La palabra "pecado" no es "politicamente correcto" en muchos círculos hoy. Se trata de evitar ofensa maquillando las cosas diplomáticamente. Sin embargo,  pecado es pecado.

He escuchado que definan al pecado como errar el blanco. El problema ahí es la definicion de "blanco". ¡Hoy día,  la gente apunta a cada cosa! Yo prefiero definirlo como cualquier cosa que vaya en contra de la Palabra (y por ende,  la voluntad) de Dios.

El primer problema con el pecado es que da gusto. Quien está sumido en ello,  no lo está haciendo porque le duele o le causa problemas,  sino porque agrada a su carne. Eso lo hace más dificil de dejar.
El segundo problema con el pecado es nuestra perspectiva limitada de qué es. Por supuesto que sabemos que la fornicación,  los vicios,  el robo y el asesinato son pecados,  y somos rápidos en aclarar que no participamos en nada de eso. Pero ¿qué tal estamos con el chisme,  la queja y la critica? También la mala administración (de dinero,  tiempo,  recursos,  o cualquier cosa que Dios haya puesto en nuestras manos),  el orgullo y las falsas apariencias son pecados,  solo por mencionar algunos. Dios aborrece todo pecado. Para Él no hay diferencia entre el chisme y la fornicación.

El tercer problema con el pecado es que de Dios no se lo puede esconder. Quizás pueda uno engañar a amigos, compañeros y familia con actuaciones estelares,  pero Dios ve hasta las profundidades del alma. Podemos estar año tras año en la iglesia,  ser la primera persona en alzar las manos y gritar un "Gloria a Dios" y hasta tener ministerio pero ¿de qué nos sirve si en lo íntimo no estamos alineados con Su Palabra?

Lo principal del pecado es esto:
1. Todos hemos pecado y nadie alcanza la gloria de Dios.
2. El pecado nos excluye de la presencia de Dios.
3. El pecado demanda castigo,  y ese castigo es la muerte.
4. Jesús dio su vida en paga de nuestra condena. En Él y por Él somos libres del pecado.
5. Dia tras día,  toda la vida,  necesitamos presentarnos delante del Dios Vivo,  pidiendo que nos limpie y que nos perdone. Cada dia tomamos nuestra cruz y le seguimos.

El pecado es un problema muy grave. Es tan grave que te puede costar la eternidad. Sin embargo,  la solución al pecado es tan sencilla y hermosa: es Jesús.

Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Juan 8:10‭-‬11

viernes, 2 de diciembre de 2016

LIVIANITA

... despojémonos de todo peso... 
Hebreos 12:1

Creciendo en Sudáfrica tuve el privilegio de practicar un deporte hermoso llamado "mountain climbing",  que es subir montañas. No es alpinismo,  pero es esforzado. Ibamos en grupo a hacer caminata en las cordilleras del Cabo,  generalmente por varios dias. Fueron experiencias duras pero hermosas,  que no cambiaría por nada.

Una de las cosas más importantes del proceso es la preparación. Uno debe tener mucho cuidado al preparar la mochila. Lo que pareciera ser liviano en tierra plana se vuelve cada vez más pesado al ir escalando. Uno mide con cuidado lo que va a llevar y aprende a cargar solo aquello que es imprescindible para el viaje.

Hebreos 12:1 nos exhorta a hacer lo mismo: a despojarnos. Esta palabra literalmente significa tirar. Uno se despoja de las cosas al soltarlas y dejarlas atrás.

¿Qué debemos tirar? Todo aquello que nos impide correr. Es llamativo que, como nos aclara este texto,  debemos despojarnos de peso y pecado. Son dos cosas distintas,  aunque los dos nos impiden avanzar. Hoy hablaremos del peso y mañana del pecado.

El peso en tu vida no es necesariamente algo malo. Si has sido transformada por el poder de Dios y das hoy testimonio de Su obra en ti,  lo más probable es que puedas decir que ya no hay cosas malas que dejar. Ya no fumas ni bebes,  te mantenes en pureza,  servis a Dios,  vas a la iglesia... Entonces ¿qué quiere Dios?

Él te llama a soltar lo bueno para poder darte lo excelente. Hay cosas en tu vida que,  por más buenos que sean,  no te permiten correr hacia tu propósito. Por ejemplo,  una relación,  una costumbre,  una actitud,  un ministerio.

Quizás haya en tu vida amistades que te están atajando. Tal vez estés sirviendo en algún lugar pero Dios planea usarte en otra. Podría ser que dedicas tu tiempo a cosas que te distraen en vez de enfocarte hacia lo que Él te quiere dar. Ciertas actitudes se convierten en peso,  cuando queremos hacer las cosas bajo nuestros términos y no los Suyos. Es posible que te hayas cargado con peso que Dios nunca te pidió llevar. A menudo queremos resolver todo,  hasta la vida ajena,  cuando no es esa nuestra tarea.

Dios quiere que estés livianita,  para poder subir a lugares altos. Quiere que veas lo excelente que Él ha preparado para ti; pero para eso vas a tener que quitar tus ojos de lo que ahora te está impidiendo correr. ¡Ánimo! Puedes confiar. Lo que tu Padre te dará es mucho mejor de lo que te pide soltar.