jueves, 24 de noviembre de 2016

MI LUGAR PREFERIDO

¿Cuál es tu lugar preferido en el mundo? Quizás puedas mencionar un espacio fisico; tal vez exista un rincón,  una casa,  un rancho o un país donde más te sientas feliz. Podria ser que tu lugar preferido sea al lado de una persona específica, sin importar dónde estén. Lo más seguro es que,  sea cual sea el caso,  te agrade por lo que sientes al estar ahí.

Josué tenía un lugar preferido. Dice Éxodo 33:11 "Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo." La traducción al inglés de este versículo usa una palabra que me encanta. Dice que Josué "lingered". Este verbo significa " quedarse merodeando,  resistir a ir". La imagen que crea de Josué es de un hombre que más que cualquier otro lugar,  quería estar en el tabernáculo. Se hallaba ahí. Tenía hambre de lo que podía recibir ahí.

Moisés,  el siervo de Dios y el líder de Josué,  hablaba cara a cara con Dios en el tabernáculo. Josué probablemente no veía esto con sus ojos,  pero estaba cerca. ¿Será que se estremecía al sentir la presencia de Dios tan cerca? ¿Podría ser que,  mientras su líder estaba cara a cara con Dios,  él se postraba,  adorando a Jehová todopoderoso?

Lo que sabemos es que cuando Moisés volvía a su tienda,  su asistente se quedaba por ahí. Su corazón se resistía a abandonar el lugar donde sabía que Dios se manifestaba. Él anhelaba más de su Padre. El lugar preferido de Josué era donde Dios estaba.

En ese lugar no había una multitud. No existía acalamación,  aprobación o aplausos. Nadie sacaba fotos para publicar,  ni selfies para compartir. No reportaba por Foursquare: "Josué se encuentra en el tabernáculo con el Dios vivo" a ver cuántos me gusta conseguía. No tenía seguidores ni en el Facebook,  ni en Instagram,  ni en Snapchat. Nada de eso le interesaba. Una sola cosa captaba su atención y ocupaba su tiempo: la presencia de Dios.

Moisés era siervo de Dios,  y Josué era su asistente. Josué servía a Moisés.  No estaba detrás de la posición de su líder. En otras palabras,  su servicio era puro y desinteresado. En ninguna parte de la Biblia encontramos a un Josué egoísta,  sino siempre un siervo obediente,  aún cuando no le habian escuchado cuando dijo que Israel podía vencer al enemigo. No se quejó. No tiró la toalla. Sirvió. Y todo el tiempo su meta era una: estar en la presencia de Dios.

Repito la pregunta: ¿Cuál es tu lugar preferido?  ¿Al lado de quién quieres siempre estar?

Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.
 Salmos 27:4

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